La reciente operación de búsqueda que involucró a un helicóptero de la Fuerza Aérea de Chile, con cuatro tripulantes a bordo, en Campos de Hielo Sur –uno de los entornos más remotos y desafiantes del planeta–, ha evidenciado una transformación fundamental en la forma de abordar emergencias y vigilar regiones inaccesibles. Hoy, la aplicación de imágenes satelitales de alta resolución, específicamente mediante tecnología SAR (Radar de Apertura Sintética), se erige como una herramienta crucial en la toma de decisiones en zonas que anteriormente carecían de datos confiables.
Esta tecnología ha demostrado su valor al proporcionar imágenes en cuestión de minutos, independientemente de la hora del día o de condiciones meteorológicas adversas, como la densa nubosidad de la Patagonia. La capacidad de reducir los tiempos de respuesta se traduce en un significativo ahorro de recursos y un aumento en las probabilidades de rescate exitoso en escenarios donde cada minuto cuenta. Lo que en el pasado podía implicar vuelos de búsqueda prolongados y arriesgados durante días o semanas, ahora se aborda con información precisa y oportuna que protege tanto a los equipos de rescate como a las personas en peligro.
Aunque las técnicas SAR existen desde hace décadas, su acceso estuvo restringido a agencias estatales y un pequeño grupo de instituciones. La irrupción de constelaciones comerciales de satélites ha permitido que entidades públicas y privadas accedan a datos en casi tiempo real, incluso durante condiciones climáticas adversas o en plena oscuridad. Daniel Cleffi, CEO para América Latina de Iceye, señala que esta accesibilidad ha revolucionado la forma en que se gestionan situaciones críticas, permitiendo resolver problemas que antes demandaban vuelos exploratorios o extensas jornadas de trabajo en terreno.
Los avances en teledetección satelital posibilitan observar la superficie terrestre con precisión milimétrica, independientemente de las inclemencias del clima o la falta de luz. Esta capacidad representa el inicio de una nueva era en la geovigilancia, eliminando barreras geográficas y climáticas para acceder a información vital en tiempo real. Además de potenciar las búsquedas y rescates, esta tecnología abre posibilidades en sectores estratégicos como la minería, la infraestructura y la evaluación de impactos medioambientales relacionados con el cambio climático.
En el ámbito de la minería, por ejemplo, el monitoreo satelital permite vigilar la estabilidad de tranques de relaves y detectar movimientos del terreno. En infraestructura, facilita la identificación temprana de riesgos en grandes proyectos civiles, mientras que en medio ambiente posibilita el seguimiento de glaciares, el control de la deforestación y el monitoreo del crecimiento urbano. En un país caracterizado por su geografía variada y desafíos extremos, la integración de datos satelitales se convierte en una herramienta crítica para planificar, proteger y reaccionar ante los cambios del entorno.
La colaboración entre el área civil y las instituciones de defensa ha sido determinante en Chile para fortalecer la observación del territorio. El Servicio Aerofotogramétrico de la Fuerza Aérea destaca cómo la disponibilidad de imágenes satelitales de alta resolución complementa eficazmente las operaciones aéreas, proporcionando datos casi inmediatos en condiciones donde el clima y la geografía dificultan los operativos tradicionales. Esta sinergia no solo optimiza la eficacia de las misiones de rescate, sino que también extiende el alcance de la geovigilancia a sectores esenciales para el desarrollo nacional.
Con esta capacidad tecnológica, lo que antes era un proceso lento y arriesgado hoy se realiza de manera ágil y segura, modificando el paradigma de respuesta ante emergencias y la gestión territorial en uno de los países con desafíos geográficos más notables a nivel global.
Autor: Jorge Rojas
