La campaña de Jara bajo escrutinio por incoherencias

Una declaración en un foro minero puso en evidencia contradicciones en el programa de las primarias, desatando críticas por la desconexión entre discurso y propuesta política.

El error que ha empañado la semana de Jeannette Jara va más allá de un mero desliz. Durante un foro dedicado a la minería, José Antonio Kast afirmó que la discusión sobre las primarias incluía la nacionalización del cobre. Sentada a su lado, Jara interpretó la ocasión como una oportunidad, tomó nota y, al turno suyo, afirmó que ‘nunca se habló de nacionalizar el cobre’, lamentando que el debate obligara a refutar afirmaciones sin fundamento. Sin embargo, en el programa de primarias de la candidata figuraba, de forma explícita, dicha propuesta.

Este incidente no solo evidencia que Jara no revisó adecuadamente el contenido de su propio programa, sino que también revela una elaboración deficiente de sus planteamientos. El documento, de siete páginas, presenta declaraciones generales que resultan superficialmente redactadas, casi como si hubieran sido generadas a último momento mediante herramientas automatizadas, lo que denota una falta de concreción en temas de gran relevancia.

Entre los ejes propuestos figura el “modelo de desarrollo guiado por la demanda interna”, enunciado sin incorporar cifras ni detalles que permitan evaluarlo. Se intenta transformar el modelo económico del país sin ofrecer explicaciones claras sobre su implementación. Frente a la mención de demanda interna, Jara fue tajante al señalar que la frase era desafortunada y atribuyó su origen a un colaborador que ya no forma parte de su equipo, a pesar de tratarse de uno de los pilares fundamentales de su propuesta.

Asimismo, la cuestión de nacionalizar el cobre se menciona de forma cursi en el programa. En un punto se señala la intención de fortalecer el rol estratégico del Estado en sectores como el cobre, mientras que, en otro, se propone nacionalizar tanto el litio como el cobre de manera abrupta, sin profundizar en las implicancias de una medida de tal envergadura. Este contraste remite al histórico proceso de nacionalización de la gran minería en 1971, el cual fue producto de una estrategia política consolidada y debatida a lo largo de décadas, a diferencia de la actual propuesta, que se presenta de forma trivial.

La situación pone en evidencia la limitada capacidad del oficialismo para articular un proyecto político coherente tras tres años y medio de gobierno. La desconexión entre ideas grandilocuentes y la carencia de estrategias concretas dificulta generar confianza en una ciudadanía ya cansada de discursos que se quedan en meras retóricas. Se percibe una estética vacía que recurre a símbolos nostálgicos y afiches llamativos, incapaces de transformar la narrativa en acciones reales y transformativas.

En definitiva, el programa que en 2021 se presentó prometía cimentar las bases de una transformación social profunda. Hoy, con la campaña en pleno debate, se evidencia que la formulación del mismo no ha sido actualizada ni adaptada a los nuevos desafíos, dejando a la izquierda frente a una imagen incoherente y desfallecida, alejada de la magnitud de las expectativas de un proyecto político serio y bien fundamentado.

Autor: Roberto Sánchez

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